viernes, 18 de octubre de 2013

Sustitución


El Penesaurio se encuentra indispuesta y me ha pedido que escriba una entrada de blog por ella! Me presento: soy su útero! Nos llevamos muy bien y convivimos en el mismo cuerpo. Nunca tenemos ningún problema!

Yo me encargo de preparar la zona para cuando vengan niños.



Si no hay niños, tengo que preparar una nueva cada mes! Me encanta mi trabajo. No hay un trabajo mejor. No tengo ninguna queja.



Me disculpáis un momentito? No tardo nada, quedaos aquí viendo la habitación de este mes. La he pintado un poco de rojo por darle un toque creativo. Veis?


Ya estoy aquí! Os gusta? A que sí! Bueno, lo que yo venía a deciros es que, aunque ahora mismo el Penesaurio no esté en condiciones de escribir, me ha pedido que os diga que está DESEANDO tener un hijo! Pero que no se atreve... Tenéis que convencerla de que lo tenga!




Ahora sí que me tengo que ir! Me ha salido una cita urgente! Tengo que ir a... comprobar... cómo va la construcción del mes que viene! Y no lo olvidéis... EL PENESAURIO DEBE SER MADRE!

ES EL DESTINO!!

 ADIÓS!




miércoles, 4 de septiembre de 2013

Viva el Penesaurio

Últimamente (y sí, con últimamente me refiero a los últimos meses) he estado muy ocupada viajando mudándome mil veces trabajando bebiéndomelo todo siendo una vaga culogordo, pero gracias a la presión de mis fans (bueno, de tres de los siete) he decidido que no puedo dejar morir al Penesaurio. Sería una pena porque es el único dinosaurio que no se ha extinguido ni ha evolucionado en gallina.





Primero, una breve introducción a la paranoia que estáis a punto de presenciar: 

Una amiga con mucho tiempo libre escribió una actualización de estado depresiva en Facebook, a lo que yo le contesté con la canción de amor más absurda del mundo

Además de absurda es divertida porque, a pesar de su tono absolutamente depresivo, el videoclip nos muestra al líder del grupo con un abrigo de pieles e ingentes cantidades de lápiz de ojos y brillo de labios. 


(Dejemos claro, parodias aparte, que estamos hablando de uno de los hombres más sexys de nuestra era; todo el mundo comete algún error).

Como no podía ser de otra manera, reescribimos la canción verso por verso, utilizando nombres de tiendas de maquillaje en lugar de frases apocalípticas. 

Después estuve pensando en las canciones que escucho normalmente, y me di cuenta de que no me identifico totalmente con ninguna de ellas. Por tanto, he decidido que el próximo Penesaurio va a ser una canción que hable sobre mi vida. Por favor, a partir de ahora, léase con la melodía de Viva la Vida.



Pon el despertador
pero no lo pongas a las seis
porque no te vas a levantar
y es una gilipollez.



No sabes conducir,
corre para coger el tren;
a ese alcohólico de ahí
parece que le va mucho mejor que a mí




(estribillo; con mucha pasión)

Cuando llego a casa siempre leo
mi Facebook mucho antes que el correo.
Los findes desayuno pizza,
recalentada sigue estando rica.

Lo que no llego a comprender
es que todos me digan 
que soy mayor de edad...
es muy difícil de creer.



Los lunes tienes que trabajar,
los martes y miércoles también.
Los viernes ya no puedes ni andar,
pero sí que puedes hincharte a beber.

El vino blanco no está mal,
pero siempre lo dan picón,
aunque ¿qué esperabas por 3,10?
Por ese precio sabe hasta bien.



(estribillo)

NO TENGO DINERO
NO TENGO DINERO
NO TENGO DINERO
NO TENGO DINERO

(estribillo)

Espero haber satisfecho a mis hambrientos seguidores (a los siete) (a mi madre dos veces, ya que me sigue con dos cuentas distintas para que no me sienta mal). 

No sé si este texto va a tener mucho sentido, porque estoy MUY cansada, me he quedado dormida en el tren y no estoy muy segura de distinguir la realidad de lo que sueño (debería tener prohibido madrugar). Pero a mí me hace gracia, así que si no os gusta, morid (join me in death). 

lunes, 20 de mayo de 2013

Escribir en alemán

Tengo que hacer un ensayo de 2,500 palabras en alemán sobre un grupo terrorista de extrema derecha. Básicamente tardo una hora en escribir cada párrafo y casi nunca está del todo bien. Y esta es la cara que se me queda cuando me corrigen.









miércoles, 3 de abril de 2013

Los mayores dan miedo

Hará diez años, cuando todavía no me interesaban los penes ni los dinosaurios, mis padres me llevaban prácticamente cada día al idílico parque de mi barrio. Era un sitio grande y limpio, donde solo un par de veces se encontraron sospechosas jeringuillas detrás de algún pino medio caído. 



Allí pasábamos las tardes los niños antes de que empezaran a poner Internet en nuestras casas y dejáramos el mundo real para embarcarnos en emocionantes aventuras online. 

Y, al lado de la cancha de baloncesto (en la que, durante muchos años después de que un hambriento niño se comiera un poste, hubo una inspiradora mancha de sangre en el suelo) había dos majestuosos árboles, cuyas ramas susurraban "trépame". 



Y ¿quién somos nosotros para negarnos a los deseos de la madre Naturaleza? Cada vez que mis padres me perdían de vista el tiempo suficiente, yo corría a subirme a uno de los árboles. A veces incluso hacíamos carreras "a ver quién se sube antes". Las ramas de arriba eran tan finas que, mirando atrás, no sé por qué chiste del destino sigo viva hoy.



Pero todo lo bueno se acaba, y mis pinitos (después de este chiste saldré cinco minutos de la habitación castigada) llegaron un día a su fin. 



Estaba miniyo subida a una de las ramas más bajas, en proceso de seguir subiendo, cuando unos adolescentes me gritaron desde abajo. Estaba claro que querían que bajara. ¿Por mi seguridad? No. ¿Porque querían subirse ellos? Tampoco. ¿Por simple deseo de tocar las pelotas? A pesar de lo que podáis pensar... no. 

Querían que bajara porque iba a romper el árbol y "lo estaban pagando sus padres con los impuestos". 



Hoy os reís, pero cuando yo podía contar mi edad con los dedos de las manos, los adolescentes eran demonios del Averno que podían destruirte con su furia infernal. O por lo menos eso me parecían. Me bajé del árbol de mala gana, pensando volver a subirme cuando se fueran, o tal vez otro día, o la semana que viene. Pero no me esperaba la reacción de mi padre al relatarle lo sucedido.



Sus palabras fueron claras, concisas y, a día de hoy, sigo pensando que no muy apropiadas para una niña trepaárboles.

"¡¡Deja de meterte en problemas, que un día te vamos a encontrar tirada en una cuneta!!".



Tirada. En. Una. Cuneta. Creo que no hace falta decir que jamás he vuelto a molestar a la vegetación (financiada con los impuestos de honestos trabajadores que no se merecen agravio tal). Espero que esta historia inspire a algunos padres a no meter mierda financiera en las cabezas de sus hijos y a otros padres cuidar sus palabras cuando hablan con niñas de menos de diez años. 

Los mayores dan miedo, hasta que te haces mayor y te das cuenta de que la mayoría de lo que dicen es mentira o una gilipollez.